El sindicato considera que la movilización de los trabajadores ha sido esencial

 La Conferencia extraordinaria del sector aéreo de TCM-UGT, celebrada en la mañana de hoy, ha decidido aceptar de forma unánime la propuesta del mediador, Gregorio Tudela, en el conflicto que mantienen la Dirección de la compañía Iberia y las organizaciones sindicales a propósito del plan de desmantelamiento de la compañía.

De esta manera, la presión ejercida por los representantes de los trabajadores en las últimas semanas evita que se lleve a cabo un expediente de regulación de empleo conforme a la nueva reforma laboral –20 días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades– que hubiera afectado a 3.807 trabajadores.

 

Con esta propuesta que hoy acepta UGT se evita un fraude a las relaciones laborales. Y esto ha sido posible gracias a la movilización de la plantilla de Iberia, porque sin las huelgas, manifestaciones y concentraciones, no se hubieran creado los elementos necesarios para obligar al Consejo de Administración de Iberia y de IAG a aceptar que sea el ERE 72/01 el mecanismo para solucionar los excedentes de plantilla y a retirar el expediente de inaplicación de los convenios, obligando a IAG a gastar 200 millones más de lo que tenían previsto y prorrogando el citado ERE hasta el año 2015.

Al haber tomado la decisión de suscribir la propuesta del mediador, UGT tiene la tranquilidad de saber que ningún trabajador va a perder su puesto de trabajo en Iberia de   forma traumática ni se llevará a cabo ningún descuelgue de convenio, como pretendían los consejeros delegados de IAG e Iberia, Willie Walsh y Sánchez-Lozano.

Con el desacuerdo que algunos pretendían, hubiéramos llegado al 14 de marzo con 3.807 despedidos traumáticos, con la inaplicación de los convenios y con una convocatoria de huelga para todo el año 2013 con el objetivo de forzar la readmisión de los compañeros despedidos a pesar de la segura incomprensión de la opinión pública y de la propia Administración.

Por último, UGT considera necesario que se alcancen acuerdos en relación con Iberia Express y Vueling; que se asegure el futuro de las áreas de handling y mantenimiento; que se extiendan las garantías de empleo más allá del 2015; que se incorpore la flota necesaria y, sobre todo, que la Administración pública, como accionista principal, utilice su posición para hacer cumplir las salvaguardas que se establecieron en los acuerdos de fusión pero, sobre todo, aquella que garantiza la integridad de la caja de Iberia respecto de los fondos de pensiones británicos.