El VII Convenio de la Dependencia ya está publicado en el BOE. UGT no lo firmó por considerar que suponía un claro retroceso para las garantías salariales y laborales del conjunto de trabajadoras.

La Federación de Empleadas y Empleados de los Servicios Públicos (FeSP) de UGT está llevando a cabo una campaña informativa para explicar las consecuencias negativas que tendrá el VII Convenio Estatal de la Dependencia para todas las trabajadoras en su desempeño diario. Se trata de la primera medida que emprenden para hacer frente a un convenio que califican de especialmente dañino, pues deteriora aún más un sector muy precarizado. El grueso del personal de Dependencia cobra por debajo de los 1.000 euros y el convenio los mantendrá en esa franja, incumpliendo el Acuerdo Nacional de Negociación Colectiva que han firmado la patronal y los sindicatos este mes de julio.

UGT se negó a firmar este acuerdo que obliga  a las gerocultoras a limpiar, a requerimiento de la empresa, en detrimento de las que deberían ser sus funciones reales y para las que se han estado formando. En convenio explicita que “las gerocultoras podrán realizar la limpieza e higiene de utensilios, ropa y estancias, cuando en el servicio existan circunstancias que así lo requieran”. Hay que recordar que, actualemente, es imprescindible contar con una acreditación en gerocultura para poder ejercer. Sin embargo, este texto, lejos de reconocer el esfuerzo de formación y ecónomico que han realizado estas trabajadoras para adaptarse a la legalidad exigida, degrada sus condiciones laborales.